miércoles, 3 de junio de 2015

Destrucción...

Esta noche la luna se oculta
ante las naciones corrompidas,
las plumas se niegan a escribir
reconociendo que las palabras

manan silencio impotentes

de contener entre sus inútiles signos
la tristeza tallada en las colinas
del desasosiego…
Lagrimas escondidas
se resisten, no desean ver la
luz de esa estrella que asistirá a su propio
funeral dentro de diez mil años,
viento soplando desaliento eterno
en solo un segundo, alaridos
expulsando silencioso
de infinita confusión…
Pesada brisa agitando cuerpos;
degenerándolos, golpeándolos,
confesándonos el crimen
cometido en las rutas donde
bautizan al corazón humano como un
templo de destrucción y miedo.
Rosas marchitas de esperanza
cubiertas por la sangre
de los pobres y sus mascotas
desnutridas gracias a la codicia
de aquellos reyes que
roban las cosquillas de esos niños
que no reirán nunca mas…
Siluetas vulneradas no
descasarán durante siglos
pues sus sollozos abrazan sus propios
pulmones peregrinando sin tregua esas
avenidas donde el viento viaja mutilando
sonrisas… sicarios deciden cobrar poco,
médicos multiplicar sus ganancias y
poetas escribir por amor a la vanidad,
todos en nombre de su arte maldita...
fotografías escupiendo espanto,
                                                  cuerpos de plástico eligiendo odiarse,                                                         el delirio levanta altares
donde algunos se hincan y otros alzan
su poderío para alabar trozos
de papel con sangre…
Las madres lloran ante el abandono
obligado, ante la paradoja de
parir hijos en el planeta de las guerras
y el recelo entre hermanos…
miradas gobernadas por
el egoísmo entre semejantes,
cuerpos gobernados por
violencia inyectada, asociaciones
gobernadas por egoísmo construido,
naciones gobernadas por ignorancia
hecha pólvora, un planeta gobernado
por cleptómanos narcisistas…
Y allí, en las esquinas de los barrios,
traiciones danzan siempre a las
seis de la tarde con una botella en la mano
                                                       mientras cae suavemente esa oscura                                                            melodía que es la noche… 
                                                                                                                                                                  y duermen cuerpos que
lejos de encontrar descanso
quizá logren olvidar por algunas
horas, aquellos lamentos que no cuentan
con consuelo alguno…

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