Nacer acá es un arte opuesta
a la simetría, es una convulsión
constante, constante, constante…
transitar por acá es reconocerte
abusado por las fundas caudillas
que dedican sonatas a la divinidad
del mesianismo occidental
entre alfombras
impregnadas de olvido,
es rendirle culto a la indiferencia
es paranoia ante niños armados
es quimérica felicidad de modas
y pantallas que sustentan existencias
inauténticas arrojando limosnas
para satisfacer su egoísmo…
Es rozar la melancolía
de militantes cansados,
poetas perdidos,
amantes ebrios,
y talentos sumergidos en coca…
deambular por acá es la praxis
del amo y esclavo
agachando la cabeza para poder
destacar y ser alguien en
un país de esquinas pérfidas
que recorre sus días
en el festín de la amnesia…
Caminar por acá y observar
los choques de autos
que entretienen a transeúntes
agotados que se fueron olvidando
de sueños a temprana
edad cuando las ráfagas del
silencio colonizaron sus latitudes
más recónditas reivindicando
el esclavismo de sus ancestros…
¿Entonces; nos dejaremos influir
por voces externas,
joderemos al
vecino,
nos consagraremos a los objetos,
alimentaremos la prostitución,
añorararemos el sonido de los cajeros,
le ordenaremos a nuestra pareja que
nos sirvan la cena para gozar de los
sublimes trofeos que conlleva el
haber
nacido acá…?