jueves, 5 de septiembre de 2013

Choques...

Cortándome con las contradicciones
con los límites de la realidad
absorbente que grita
haciendo retroceder.
Perdido entre las secuelas
de mi infancia,
los bares, las banquetas
y el suicido de esta ciudad…
Todo es silencio transitando
en rincones, la sinceridad
está pasada de moda,
es una lengua muerta
como varios Ismos y
diversas túnicas…

Choco de cara ante el absurdo postrado
a la vuelta de la esquina. No es fácil,
jamás fácil, nada fácil, nunca fácil
desprenderse de las insignes doctrinas
que dan un ingenuo confort
a los crédulos mortales. Hastiado
de los berrinches autoritarios
adorados día a día por
los diarios del dominio…

Camino con el cuerpo despierto
y la mirada dormida entre las masas
que fuman, que fumamos:
del narcótico de las vitrinas,
de las pantallas, de las galerías,
de la demagogia, del amor burgués y
del ancestral racismo…
Algo parecido al miedo ocurre
ante la noción del tiempo y
la incomprensión del devenir;
mezclamos ruidos, coca, guaro,
besos… y Las arpas del silencio
cantan recordándonos
que la felicidad es solo un eslogan
incomprensible cuando nos
pateamos entre nosotros
como santos vasallos débiles…
sigo colgado de un vástago débil
sujetando este texto y quizá
esta existencia que antes que
amanezca, supongo,
seguirá chocándose.