Falsos nacionalismos y escupitajos a la memoria histórica,
son cosas que pasan broder. por ejemplo, el día Viernes cuando la selección nacional
de futbol volvió a las canchas, a un enfrentamiento ante su similar de Antigua
y Barbuda (puesto número 101 en el ranking de la FIFA) mencionando el bajísimo
nivel expuesto por la selección nacional en ese juego, a la cual; le costó
bastante sacar un resultado ventajoso, pero enfocándonos pues, en los precios
que la federación nacional de futbol comandada por el señor Brayan Jiménez, dispuso
cobrar para el ingreso al estadio (Palco, Q1200;
Tribuna, Q300; Preferencia, Q200 y Generales, Q100), esto es, para la realidad económica
que vive el país, un total cinismo. Y por otro lado, cuando hablamos
estrictamente del ámbito deportivo, del bajísimo nivel que muestra partido a
partido la selección, estos precios son un total circo de descaro que nuestras
autoridades profesan sin la menor vergüenza.
El futbol, tal y como yo lo entiendo,
debe ser aquella fiesta colectiva, aquella pasión que disfruten todos los
aficionados. Todas aquellas personas modestas, trabajadoras pero de espíritu
festivo encuentran muchas veces aquel escape de la dura realidad, en aquel
deporte, yendo a los estadios en familia o entre amigos. Pero ahora, con estos
precios inconscientes y excluyentes parece ser que hasta el futbol sé vuelve, un privilegio. Hablamos de una selección sin actitud frente a sus rivales (con
las debidas excepciones) e incluso con varios de sus jugadores y dirigentes, con
un proceso legal en su contra por implicación en amaño de juegos, es decir; una
selección que no responde al sentimiento de su gente, no veo por que debe tener
aquel apoyo incondicional de parte de esta, no broder, no dejas de ser un buen
ciudadano por no ponerte la azul y blanco.
¡Hay broder! Este curioso país, este
paradójico amor a este suelo como lo enfada a uno a veces, y es que el día
Domingo, otra vez pudo habernos sorprendido esta sociedad, pero a mí, broder,
poco me sorprende ya, y es que se convocó hace unas semanas a una caminata en
apoyo a ex militares con proceso legal
en su contra por supuesto, entre ellos, el papá del genocidio guatemalteco;
Efraín Ríos Montt.
Con diferentes pancartas que
reflejaban el irrespeto a la memoria histórica del país, a las letras
comprometidas y a las personas conscientes de las atrocidades del pasado por
parte del militarismo y del terrorismo de estado, en prácticamente una apología
al despotismo y a la tierra arrasada. El punto principal, se suponía, era pedir
“juicios justos” `para estos ex militares, cosa congruente y consecuente con la
justicia, anque estos no hayan tenido la mínima sensibilización y noción de justicia con
tantas ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas. Pero bueno, de pedir lo recien mencionado, a burlarse de la memoria histórica del país negando los hechos mediante pancartas,
querido broder, hay una gran diferencia. La verdad que este tipo de caminatas
no me preocupan mucho, pues no fueron más de 300 personas quienes asistieron, parece que respaldar a opresores del pueblo, no es algo tan
popular.
Lo que
por otro lado, si pareció popular, fue la indignación por parte de muchas
personas quienes repudiaron (y siguen haciéndolo) el hecho mercadológico de
parte de la cervecería gallo y su nueva imagen en lata, vendida en México, con
los colores de la bandera de aquel país y la singular frase de: “viva México”,
lo preocupante y triste de esta ridícula indignación, no es la frase, ni el
diseño de una simple lata de cerveza, lo que debería ser indignante en realidad
es el hecho de seguir con falsos y/o baratos nacionalismos. Ese tipo de empresas como la cervecería (hasta hace
poco monopólicas) lógicamente lo que buscan es vender su producto, ya sea acá,
en México o en Lituania por mencionar otra nación. La publicidad es eso;
publicidad. La identidad como guatemalteco no es una marca, somos muchos más que unos tortrix "colocho"
o más que una cerveza. Con la resaca de estos acontecimientos comenzamos esta
semana, entre desprecio a la memoria histórica por parte de unos y falsos
nacionalismos, así fue broder si; dije “broder” y no por alienado pero si por enojado
a veces con esta sociedad algunas veces burra, algunas veces bruta, disculpadme por mi cero nacionalismo esta vez.