miércoles, 23 de abril de 2014

Reconociéndome...


Recorriendo las rutas que deseo
reconocerse no es fácil
pues los preceptos han hostigado
desde los principios de los tiempos
si es que los hubo quizá habrá
un final…

Indescifrable caos que observo
maravillado entre astros
y océanos, entre vagabundos y
sus ritos y acá, me reconozco como
barco que hunden sus anhelos
y tristezas, me reconozco aferrándome
a la orilla de la cual salgo balbuceando
letras plasmadas y resistencias
esperanzadoras para esta especie…

Soy pues un hombre de ráfagas
y fuerza que también cae
en estrafalarios subterráneos y
camina en ciudades destruidas
donde el rumor grita murmullos
de torturas… aquí, yo
parado bajo esta brisa que golpea
mi paladar mirando a esos entes
cabizbajos que arrastran los pies
en las aceras de la incomprensión
donde también deambulan
sonrisas románticas que buscan
detener el tiempo en la pasión…

Espero al viento que sopla a favor tras
viajes inmorales que sanan provenientes
heridas de féminas
a las que no guardo rencor
hace tiempo deje de despreciar aquellas
palabras que esta boca expulsaba
sin gustar a otros
pues las decisiones impopulares
acostumbran en muchas ocasiones
a tener el consentimiento del universo
me reconozco solo y parte de este todo…

Silencio, silencio, el frenesí
me arropa nuevamente, lo siento
tan cerca tan cerca como
tus manos que recorren esta
geografía sensible que cede
a las aguas del placer…
y aprendí a no culpar
de mis demonios a terceros y a saber
que el amor no abraza a todos…

Me reconozco enamorado
de toda persona que se abra frente a mí
declarándose (quizá sin saberlo)
 humana y pequeña,
enamorarse a cada salida del sol y
admirar toda esta bipolar sinfonía de un
mundo avasallador donde nos
encontramos como luz y oscuridad,
lagrima y sonrisa, latidos y silencios,
tus golpes y tus caricias…

Me reconozco acá existiendo, asustado,
maravillado dentro de esto que
conozco y desconozco y del que
estoy (no del todo triste)
 condenado a ser parte…