martes, 28 de octubre de 2014

Golpe...



Rodar una vez más
caigo despacio
el golpe pareciera esperar (me),
aguardar con sus malas intenciones
pareciera el suelo saciarse
tras saborear mi sangre,
pareciera gozar de los cuerpos desplomados…
el desconcierto gime, dibuja nostalgias,
voces de antaño, himnos urbanos
que la lluvia lava con sus lagrimas
que deja caer por estos suelos…

En calles, en bosques, en carreteras,
también en rincones he escuchado
insomnios que suspiran
por comprender, aunque sea en grado
mínimo, aquello que incomoda
al subconsciente…

El golpe acecha, está allí,
en cualquier momento…
un entorno mórbido contagia
a sus individuos ya sean artistas,
vagabundos, políticos
o ebrios hermafroditas da igual...
huir del teatro de obras
infinitamente repetidas
donde los perros sollozan
profundamente heridos…
huir pues, como cobarde insano
o lúcido astuto y huir lejos
de los hondos golpes
y de los funerales que
dibujan como ferias…

Insensata sensación al chocar,
el golpe ejerce ráfagas de contradicción
todo es visto mejor tras la caída
ahogando el rencor en las aguas
alcantarilladas, crudo e inoportuno golpe
que confirma lo imaginado…
impávidos actos al lanzarme
fuera de mi confort, viles pensamientos
noche y día, día y noche
acorralado, ya nunca podré jactarme
de desconocer la angustia y la culpa
ni aquellos vagos miedos al mirar atrás…
cayendo una vez más tras el traspié,
golpeándome despacio sin guardar rencor
a golpe alguno…