Tenía unos 6 o 7 años si mucho…
Lo vi; tenía 6 quizá 7 años a lo sumo y lo observe, tenía
una cajita sucia, de madera vieja, un cepillo y un botecito de pasta con él, yo
por otra parte llevaba un localizador y un reloj e iba enojado, enfadado por el
sol que me pegaba en el rostro, porque el bus me dejo una cuadra después de mi
parada y por consiguiente; me toco caminar de más. Caminando en la plaza estaba
cuando volteé y estaba él; niño, de ropas sucias, de manos manchadas,
trabajador, sin escuela, sin amor, con calle, con el sol en la cara,
lustrándole los zapatos a un gordo de corbata que comía con la boca abierta, un
tortilla con carne.
De verdad que me llamó la atención y lo vi, cuantas ideas y
cuestiones surgieron en mí: ¿y sus padres, y Su alimentación, y Su educación, y
Su salud, y Su amor, y Su aseo? Etc. Me enoje, me empute, el sol no me importo,
que trivialidad si me asoleaba o no un par de cuadras, que puto egoísmo,
sistema criminal, delincuentes de cuello blanco creadores de esté sistema
patriarcal. Lo veía y me indignaba, me indignó su trabajo a sus 6 o 7 años, me
indigno su ropa sucia y manchada y manchada y sucia, me indigno sus rodillas en
el suelo, me indigno sus manos sobre los zapatos de ese gordo, me indigno sus manos
manchadas, manchadas por la pasta pero más bien; manchadas por el poder de los
mediocres y la apatía de los indiferentes… Lo vi, lo sentí; estaba en la plaza
frente a aquel lujoso palacio que ordeno construir aquel soberbio dictador,
estaba frente a la barroca catedral donde todas las semanas se escuchan
discursos que no tienen la jodida consecuencia respecto a los actos de esa
institución, no encontré justificación alguna para lo que se veía en aquella
plaza, destino o casualidad dirían algunos indiferentes egoístas, el cielo es
para los pobres respondería algún sacerdote sin respuestas, dialéctica
refunfuñaría algún empolvado intelectual etc. ¡A la mierda! No había
justificación más si culpables…
Recuerdo que lo observe y la impotencia me inundo, voltee la
cara con una lagrima que resbalaba sobre mi mejilla… casi imposible no reflexionar
y sensibilizarse sobre los hechos que suceden cotidianamente en nuestros países
y ver los diversos casos lamentables en el jodido mundo, sin embargo; creo que
una luz se observa en el túnel, no todo es tristeza o enojo, pues la no tan
gran parte esperanzadora nos demuestra; cual confundidos están esos poderes
ocultos, quienes han creado a través de diversas situaciones violentas la
opulencia de unos cuantos gracias a la explotación de la mayoría, se han
equivocado a lo largo de la historia, porque este corrupto y egoísta sistema,
este “orden” del que hablan falsos moralistas, le da el poder a la gente para
que se levante hacia la rebeldía
solidaria, hacia la desobediencia ante leyes injustas, ellos mismos irónicamente;
han sido sus verdugos, pues al exponernos de manera tan sínica el egoísmo y la
desigualdad la respuesta ha sido, es y será: el clamor de la gente con la bandera
y el nombre de solidaridad, equidad y justicia social.